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Inaceptables conductas contra la prensa

La ilegal detención de Jorge Lanata y su equipo periodístico en Venezuela, seguido de un interrogatorio propio de la época de la guerra fría y el posterior borrado de todo el materia grabado por la producción nos retrotrae, no solamente a los filmes de espías del siglo XX, sino a recordar las persecuciones orquestadas y coordinadas entre los dictadores sudamericanos en el siglo pasado.

Lanata fue demorado al ingresar a Venezuela, hecho que debería haber alertado las máximas autoridades argentinas, por el solo hecho de ser un periodista independiente.

Sin embargo, este hecho que parece asilado no lo es. Días atrás la periodista ecuatoriana Elena Rodríguez, de El Ciudadano cuyo sitio web pertenece a la Presidencia de Ecuador, estuvo acompañada por una cámara de la Agencia de Noticias TELAM en la entrega de los premios Perfil, donde Cesar Ricaurte, fundador de Fundamedios, una organización que denuncia los atropellos del Presidente de Ecuador, Rafael Correa, contra los medios, recibió el premio Perfil a la Libertad de Expresión Internacional. En ese momento, Rodríguez increpó a al dueño de Perfil Jorge Fontevecchia diciéndole si no sabía que estaba premiando a un agente de la CIA.

Argentina, Venezuela y Ecuador han desplegado en los últimos años una persecución contra los medios de comunicación y periodistas independientes, que ahora trasciende las fronteras con estos últimos ataques a periodistas argentinos en Venezuela. Ante esto no podemos dejar de preguntarnos si no estamos frente al nacimiento de un PLAN REGIONAL contra los medios o periodistas que molesten a los tres gobiernos.

Los ataques de Hugo Chávez a la cadena de Televisión Globovision, la denuncia de Rafael Correa contra el diario El Universo y las persecuciones a la ONG Fundamedios, las agresiones del Gobierno argentino contra Clarín, La Nación y todos aquellos periodistas que no se rinden al calor de la pauta oficial, sumado al cierre de medios como fue el caso del diario Critica de la Argentina o la intervención en LT9 de la provincia de Santa Fe, nos hacen llegar a esa conclusión: Los líderes gubernamentales de la región están decididos a restringir el disenso, atacar a todo aquel que piense distinto y limitar a la prensa independiente instalando un clima de miedo e intimidación que induzca a los periodistas de la región a la autocensura o el silencio.

Como muchas veces observamos una vez más como las libertades individuales se vulneran poniendo en juego la libertad de expresión de toda la región, por lo que volvemos a advertir desde La Fundación LED la necesidad de sumar apoyos en defensa de las libertades y las garantías constitucionales en el seno del Mercosur.